El aspecto que más valoro en una buena gestión pública aparece en la biblia, concretamente en el libro del Génesis 41: Los sueños del faraón.
“Una noche, dos años más tarde, el faraón soñó que estaba a la orilla del Nilo. Repentinamente vio siete vacas hermosas y gordas que salían del río y se ponían a pastar. Luego salieron siete vacas flacas; eran tan flacas que se les veían todas las costillas. Salieron del río, se pusieron junto a las vacas gordas y se las comieron. En ese preciso momento, el faraón despertó.
(…) Entonces José le dijo al faraón:
―Ambos son un solo sueño. Dios le ha dicho lo que hará en la tierra de Egipto. Las siete vacas gordas significan que vendrán siete años de prosperidad. (…) Sin embargo, a continuación habrá siete años de hambre, tan grande, que se olvidará la gran prosperidad, y habrá sólo hambre en la tierra. El hambre será tan terrible que se borrará el recuerdo de los años de abundancia. (…) Tengo, pues, una sugerencia que hacerle: (…) Su Majestad, divida a Egipto en cinco distritos administrativos, y haga que los oficiales de estos distritos reúnan en los graneros reales todo el excedente de los próximos siete años, para que haya suficiente alimento durante los siete años de escasez, y así se evitará el desastre.”
John Maynard Keynes, considerado como uno de los economistas más influyentes del siglo XX y uno de los fundadores de la macroeconomía moderna, formuló el principio de las vacas gordas y las vacas flacas de una manera mucho más académica. Keynes consideró que el sistema capitalista no tiende al pleno empleo ni al equilibrio de los factores productivos. Keynes destacó la inestabilidad de la demanda agregada como consecuencia de los shocks ocurridos en los mercados privados. La principal conclusión de su análisis es una apuesta por la intervención pública directa en materia de gasto público, que permite cubrir la brecha o déficit de la demanda agregada en los momentos de crisis. Básicamente, la propuesta de Keynes es aprovechar el grano reunido en los graneros reales durante las vacas gordas para facilitar la salida de las crisis.
Cuando un analista valora una empresa y la calidad de la gestión de su primer directivo, utiliza principalmente los estados financieros: la cuenta de pérdidas y ganancias, y el balance. Después también analiza la situación de los recursos humanos, los valores, el buen gobierno y otras muchas cosas. Normalmente casi todo va en sintonía, es decir, cuando hay unos buenos estados financieros suele haber una buena situación de los recursos humanos, políticas de buen gobierno, valores, innovación, etcétera.
En cambio, cuando valoramos a un dirigente público, rara vez analizamos la evolución de las cuentas públicas durante su mandato. Hagamos una rápida evaluación de los presidentes de nuestro país mirando sus cuentas públicas. En concreto, me voy a fijar en cómo están los graneros públicos (la deuda) y voy a considerarla en porcentaje del PIB para que la comparación entre unos años y otros sea lo más justa posible.
Mirando el gráfico de arriba (fuente: Expansión) de la deuda de España como porcentaje del PIB y valorando únicamente la gestión económica, los dos mejores presidentes que hemos tenido han sido Aznar y Zapatero. Desde mi punto de vista, un poco mejor Zapatero. Ambos supieron llenar los graneros públicos, en los momentos de bonanza y Zapatero aumento la deuda, es decir, utilizó el grano público para suavizar la “hambruna” en la mayor crisis que hemos vivido en la democracia. Pienso que un poco mejor Zapatero porque Aznar gobernó con las vacas más gordas que hemos tenido en democracia y nunca tuvo que sortear una crisis. Pero es una opinión. Los dos, desde mi punto de vista, muy bien. El peor, claramente, es Rajoy. Y los dos presidentes mejor valorados por la opinión pública (Suárez y González) hicieron una gestión económica bastante regular.
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Evolución deuda Alemania superpuesta en marrón (fuente Expansión) |
Haciendo la comparación con la evolución de Alemania a partir de 1992, momento en que ambas economías tenían un nivel similar de endeudamiento, podemos intentar poner a “cada uno en su lugar”. Aznar ganó. Zapatero empató. Y Rajoy perdió por goleada. La comparativa de Rajoy es un poco injusta porque se enfrentó a Angela Merkel, seguramente la mejor gobernanta política, en términos económicos, del siglo XXI. La evolución de Alemania con Merkel (2006-2021) es inmejorable. La hubieran firmado el bíblico José y el mismísimo Keynes. Dejo los graneros reales al mismo nivel que los encontró pero viviendo las peores vacas flacas en muchos años (crisis subprime y pandemia). Y, desde mi punto de vista, revaloriza y mucho el empate de Zapatero.
He escuchado argumentaciones de la buena gestión de Merkel a partir de su ideología pero no creo tanto en las ideologías como en las capacidades personales. Las mujeres, como gobernantes, suelen ser menos “derrochonas” y suelen pensar más en el futuro. No estoy diciendo que un hombre no pueda ser un buen gestor económico de la cosa pública, simplemente creo que si consideramos 100 gestores hombres y 100 gestores mujeres, la gestión económica de las 100 mujeres, creo que será, en media, superior a la de los 100 hombres. Pero es solo una opinión.
Hay dos ejemplos que vienen al caso por la votación de hoy, que son el ayuntamiento de Madrid y el ayuntamiento de Torrelodones, donde vivo y donde voto. En Madrid, creo que la opinión pública ha sido injusta con dos mujeres (Ana Botella y Manuela Carmena) que, a pesar de ser de ideologías muy diferentes, han sido las dos mejores gestoras económicas del ayuntamiento de Madrid en los últimos 50 años. Serán recordadas por la “cup of coffee” o “el traje de los Reyes Magos” y nadie les hemos agradecido que fueran l@s primer@s gobernantes que se plantearan, en el ayuntamiento de Madrid, que la deuda también se puede reducir o que es posible guardar grano en los graneros reales durante las vacas gordas (Gráfica superior de evolución de la deuda en Deuda per cápita, fuente: Expansión).
En el caso de Torrelodones, Elena Biurrun, de un partido sin ideología o sin ideología explícita (Vecinos por Torrelodones), bajó la deuda a cero, sí a cero, durante su mandato de 8 años (Gráfica superior, fuente: Expansión).
La siguiente pregunta sería si durante el gobierno de Merkel en Alemania se han resentido los derechos o el bienestar social. O si en Madrid, durante el gobierno de Botella o Carmena, se ha vivido peor o ha habido un deterioro en los servicios. O si en Torrelodones, la reducción de la deuda a cero con años de vacas flacas por medio, ha supuesto sacrificios para la ciudadanía. Mi opinión es que no. Al contrario, creo que al igual que en las empresas, la buena gestión económica crea un círculo virtuoso que redunda en mejores servicios y mayor bienestar.
Hoy he votado a dos mujeres, no por ser mujeres sino porque, en mi entorno, las mujeres políticas me han demostrado gestionar económicamente la cosa pública mejor que los hombres, vigilando el granero real y llenándolo en época de vacas gordas para cuando vengan las vacas flacas porque todos sabemos, aunque no hayamos tenido un sueño como el faraón, que las vacas flacas llegaran. Mi voto es un voto a la buena gestión económica que para mí es sinónimo de buena gestión.
¡Felices sueños!
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