La poca o escasa luz solar del invierno
hace que nuestros cerebros liberen melatonina, causando somnolencia y faltándonos
energía para limpiar en profundidad. En cambio, con la llegada de la primavera,
los días más largos y el calor de los rayos solares, nos suelen entran unas
ganas “increíbles” de limpiar. No sucede siempre. En algunos casos, hay que
estar muy atentos porque esas ganas duran solo segundos 😁.
Cuando vemos a alguien que ha
tenido mucho éxito o que ha tenido más éxito que nosotros, nos gusta engañarnos
a nosotros mismos y pensamos que han tenido “suerte”. Vemos una casa “superlimpia”,
sin una gota de polvo, y pensamos: “¡Qué suerte tienen de vivir en un barrio donde
casi no hay polvo”. Nos cuentan que Google se ha convertido, en menos de 20
años, en una de las empresas más valiosas del mundo, y pensamos: ¡Qué suerte
han tenido Larry Page y Sergei Brin de estar en el momento preciso en el lugar
adecuado!.
El 2 de septiembre de 2011, Alan
Eustace (vicepresidente sénior) publicó en el blog oficial de Google un post
titulado: “Una limpieza de primavera en otoño”. El post empezaba: “La
tecnología mejora, las necesidades de las personas cambian, algunas apuestas
dan sus frutos y otras no. Como Larry anticipó, hoy vamos a empezar una “limpieza
de primavera” en Google. En los próximos meses, cerraremos una serie de
productos y podremos dedicar más recursos a productos de alto impacto. Nunca
hemos tenido miedo de probar cosas y de ser audaces, y eso no cambiará. Pero al
enfocar nuestros recursos de manera más efectiva, podemos enfocarnos en crear
productos que cambien el mundo (…)”.
Durante el siglo XIX, la limpieza
principal de la casa tenía lugar en la primavera porque el invierno dejaba las
casas cubiertas con "hollín”. Las lámparas de aceite de ballena, encendidas
con carbón, esparcían hollín por todas las habitaciones. Y, con la llegada del
calor, se abrían las ventanas y se limpiaba el hollín.
El 13 de Marzo de 2013, leí en mi
“Google Reader” un post de Alan Green que decía: “Acabamos de anunciar en el
Blog oficial de Google que pronto retiraremos Google Reader (la fecha real es
el 1 de julio de 2013). Sabemos que Reader tiene muchos seguidores devotos que
estarán muy tristes de verlo desaparecer. También estamos tristes. Hay dos razones
simples para esto: el uso de Google Reader ha disminuido y, como compañía,
estamos volcando toda nuestra energía en menos productos (…)”.
Google Reader fue un lector de
RSS que permitía organizar y acceder rápidamente desde una interfaz web a todas
las noticias configuradas en el sistema. Fue lanzado por Google el 7 de octubre
de 2005. “Murió” un poco más tarde de las 9:00 (hora española) del 2 de julio
de 2013.
En Noviembre de 2018, Naeem Nor (un
paquistaní afincado en Bahrein) creó “El cementerio Google” (https://gcemetery.co):
una lista, más o menos completa, de todos los productos o servicios de Google “muertos”
o con fecha prevista de defunción. A día de hoy, hay 163 lápidas.
Google Reader era el líder
indiscutible del mercado con varios millones de usuarios pero no llegaba a los
100 millones de usuarios que Nick Baum, uno de los directores, indicó necesitaban
para ser un “superéxito”.
El 1 de Abril de 2013 (18 días
después del anuncio de la retirada de Google Reader y 60 días antes de su “muerte”),
Feedly (el gran ganador de la desaparición de Google Reader), anunció una nueva
versión de su lector de RSS y comunicó que más de 3 millones de ex-usuarios de
Google Reader se habían pasado a Feedly (yo, entre ellos).
En la lápida del Cementerio Google
de Reader figuran las razones de su discontinuidad, la fecha de nacimiento y de
muerte, y la edad a la que murió: 8 años (en realidad, 7 años y casi 9 meses).
En la página de estadísticas, se indica que la vida media de los productos del cementerio
Google es de 4 años y 1 mes.
¿Cuántas empresas en España o en
Europa “matarían” a un producto líder del mercado mundial y con decenas de
millones de usuarios fieles y satisfechos?
Los fondos de inversión en
empresas de nueva creación (startups) suelen realizar las inversiones en rondas
sucesivas. En la primera ronda, una inversión pequeña para validar el modelo de
negocio y la aceptación del mercado. En la segunda ronda, una inversión mayor
solo en las “startups” de primera ronda (20%, por ejemplo) que más éxito han
tenido. Asumen que la innovación, en la mayor parte de los casos, no es exitosa,
y que, si se quiere ser rentable, solo se puede seguir invirtiendo en un
porcentaje de los proyectos.
La transformación digital, en el
fondo, es una inversión en un proyecto de innovación tecnológica. Y ningún
inversor, ni los más experimentados, consiguen tasas de éxito superiores al 50%
(normalmente, mucho más bajas).
¿Cuántas empresas en España o en
Europa tienen un porcentaje de éxito del 100% en sus proyectos de transformación
digital? ¿Cuántas empresas tienen un cementerio de proyectos de innovación con
alguna lápida?
La experiencia de los inversores en
startups nos enseña que las empresas que tienen la suerte de que todos sus
proyectos de transformación digital sean un éxito, no suelen tener la suerte de
ser empresas de éxito.
Los mejores inversores son los
que tienen la suerte de tener que cerrar o dejar de invertir en proyectos “maravillosos”.
Google es una de las empresas más grandes del mundo porque su cementerio está
lleno de “grandes” y “reconocidos” productos “famosos”.
Si quiere conocer el potencial de
una gran empresa, mire su “cementerio”. Si quiere que su empresa tenga “suerte”,
siga el ejemplo de Google, construya un “cementerio de productos y proyectos”,
organice un Comité de Inversiones provisto de “guillotina” y enfoque los
recursos de la manera más efectiva. Quizás así su empresa pueda “enfocarse en
crear productos que cambien el mundo”.
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